lunes, junio 11, 2007

Chomsky/Foucault: Justicia versus poder

Elders (entrevistador): Primero quisiera preguntarle al señor Foucault por qué le interesa tanto la política, ya que me dijo que le interesa de hecho mucho más que la filosofía.


Foucault: En realidad la filosofía nunca me importó, pero ese no es un problema. Su pregunta es por qué me interesa tanto la política? Si pudiera responder de una forma sencilla, diría lo siguiente: ¿por qué no debería interesarme? Es decir, qué ceguera, qué sordera, que densidad ideológica debería cargar para evitar el interés por lo que probablemente sea el tema más crucial de nuestra existencia, esto es, la sociedad en la que vivimos, las relaciones económicas dentro de las que funciona el sistema de poder que define las maneras, lo permitido y lo prohibido de nuestra conducta.


Así comienza la segunda parte de la entrevista-debate conjunto entre Michel Foucault y Noam Chomsky en 1971, retransmitido por la televisión holandesa y ahora recogido en La naturaleza humana: justica versus poder, editado por katz. Librito de menos de 100 páginas que no ha resultado precisamente barato.

Después de haber leído consecutivamente Las Conversaciones libertarias con Noam Chomsky y el debate con Michel Foucault se confirma mi visión de que el principal motor de la política debería ser el marco propositivo, las otras formas, tal vez mejores, de cohabitar pacíficamente con el género humano y no la confrontación machacona con lo actualmente establecido. Éste es el punto fuerte de Chomsky frente al resto de nombres ilustres del anarquismo o socialismo libertario, pues en unas sencillas conversaciones sintetiza desde la organización base a los conceptos básicos que deberían regir un sistema igualitario y lo más horizontal posible. No es la panacea, pero en cuanto a sugerencia es bastante más plausible y razonable que lo que muchos predican por ahí.

El punto fuerte de las Conversaciones: el amplio espectro que se comenta, desde la política internacional, el belicismo o las conciencias de base instauradas en la sociedad americana, entonces (años 70) un pelín menos cerca de Europa que hoy día.
Y en el debate, además de las puyas con el entrevistador, los complementos que se pueden encontrar en los razonamientos de ambos, tampoco muy distantes, para llegar a un fin común.

Aunque no es nada descabellado sino más bien racional decir que las necesidades materiales creadas para la población del primer mundo son el resultado de la explotación del tercer mundo y despilfarrar recursos naturales, a parte de un suicidio a nivel planetario a corto plazo, paradojicamente esta postura es la que necesita de mayor justificación. Un razonamiento que lleva más de tres siglos activo en la primera cuestión (por no decir toda nuestra historia) y demasiadas décadas en el otro sin que se haya hecho otra cosa que fagocitarlo mercantilmente.

En fin, que para arrugarme de pesimismo le cedo la palabra al sr. Chomsky y una de sus claves al respecto.

Chomsky: Nunca he visto un niño que no quisiera armar algo con bloques, o aprender algo nuevo, o intentar la siguiente tarea. Y supongo que el único motivo por el cual los adultos no son así es porque han sido enviados a la escuela y a otras instituciones opresivas que los han alejado de aquellos intereses.
Ahora bien, si eso es así, entonces el “proletariado”, o como quiera llamarlo, realmente puede ser universal, esto es, puede estar compuesto por todos esos seres humanos impelidos por lo que considero la necesidad humana fundamental de ser creativos, curiosos y cuestionadores...


sábado, junio 09, 2007

Je serai ta pleureuse: Dominique A en Madrid


A Dominique también le gusta Sr. Chinarro.

Siguiendo la estela de la nostalgia... ¡NO! Bien, estoy de acuerdo en que gran parte del atractivo de la música francesa es la capacidad para conciliar la sesibilidad explícita con el genio artístico sin llegar a poetas relamidos. Y es que es cierto que una canción de amor, desazón o tortura existencial suena mil veces más auténtica con melodías elaboradas por gabachos; y es que aquí, salvando icebergs como el Sr. Chinarro y Los Planetas, creo que lo que resta son tropezones del deshielo como El sueño de Morfeo, que algunos quieren llamar: "pop español".



En la entrada del concierto aparece: "Dominique A" y especifica entre paréntesis: "Formato banda", porque aunque le basta y le sobra con su voz y la guitarra, y suele ser esa la presentación de muchos, pero esta vez se trajo consigo 4 gabachos más que se movían entre saxo, oboes, percusión y demás artilugios musicales que no sabría nombrar (sin llegar al circo que monta Tiersen, a quien por cierto, estoy empezando a coger tirria).

La verdad es que tenía una ilusión tonta por este concierto pero no esperaba llevarme tan buenos resultados. Es un señor, Dominique que tengo la fortuna de conocer desde la más tierna adolescencia (agunos dirán: ¡Ayer!) pero no sabía aún cómo se portaba en directo.
Digamos que después del fracaso de " Tout será comme avant" (que a mí, personalmente me parece demasiado paradito) ha dado un giro al rock más que necesario. Decir rock suena demasiado amplio. Más exactamente el rock de los sesenta: Electric Prunes cuenta entre sus favoritos. Y son esas guitarras de soporte lo que se lleva del rock, no los esquemas musicales.

En escena resultó una mezcla efectiva alternar temas como La relève o La mémoire neuve en su línea de baladas sobrias e intimistas, donde prácticamente se concentraba todo el potencial en su voz (y es que a veces pienso que más que cantar, recita) y otras como La pleureuse, Retour au quartier lointain con despilfarro de guitarras y oboes.
El sonido de la sala Arena (Heineken) tan bueno como siempre, pero creo que los testimonios en video que he guardado para la posteridad no resistieron el volúmen atronador.
En cuanto a él (que como digo, no le había visto antes en directo), una voz con más presencia, si cabe, que en los albums, y en otros aspectos, la verdad es que no me lo esperaba tan histriónico y dicharachero. Porque lo cierto es se mostró entregado, muy simpático y más contagioso que el chorra de Tiersen por mucha fanfarria que le acompañe (creo que, a pesar de la elaboración y el acompañamiento de éste, en cuestión de melodias sale mejor parado Dominique); y con sobrado sentido del humor como para reirse varias veces de sí mismo y de la chançon. Una pena las ausencias de il ne faut pas souhaiter la mort des gens, Je ne respir plus, milos y Le travail, que son mis preferidas.


Dominique A, Sala Arena (Heineken) 8 de Junio de 2007

No esperaba tanta guitarra electrica más allá la tormenta en alta mar durante el canto de marineros L'horizon (los pelos como escarpias), pero hay que decir que no, amigos, a pesar de ellas no tira al progresivo (que fue la peor cosa que se vio en el concierto de Tiersem en Febrero del pasado año). Vale, esto ya es ensañamiento. Como él mismo confiesa, se ha vuelto a la melacolía y frialdad de antaño, influido en parte por la reescucha compulsiva de Leonard Cohen, entre otros.

Algunos de los temas sonados:
La relève, Le courage des oiseaux, L'amour, Dans un camion, L'horizon, La mémoire neuve, Tout sera comme avant, Antonia, Lausanne, La pleureuse, Retour au quartier lointain.

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