lunes, octubre 27, 2008

Capitalismo: el estado de las cosas, el estado de inopia

Es estado de inopia es ese momento indeterminado entre la consciencia y el ensueño en que todos nos sumimos de vez en cuando, intencionada o desinteresadamente, consiguiendo evadirnos por un momento de la aburrida, triste y fría realidad. Al estado de inopia se le han rendido tributos memorables, retratos de corte dedicados, incluso una línea sucesoria entera, los borbones, reverencian con gesto y gala la inopia; odas a la introspección inopinada y a la vida interior que cualquier ser humano, porque por pequeño que sea ese saquito interior llamado alma hasta un ejecutivo puede desatarlo y disfrutarlo; porque quien no tiene alma jamás consigue escaparse del mundo y sumergirse en la inopia. Es lo único bueno que ésta revela. También se acompaña de numerosas categorías gestuales: indiferencia, despreocupación, perplejidad, mirada hipnótica y perdida, la mandíbula caída en posición bocajarro, sin olvidar su máxima expresión: el bostezo.Tales son las expresiones y reacciones que se han ido sucediendo durante décadas en la cara de muchos. Lo que no sabemos es que la inopia y su estado de inconsciencia se fomenta y potencia con determinados factores ambientales. Este es el caso de los múltiples aparatitos de desconexión interneuronal (los principales responsables del estado de consciencia). Aparatitos que propician la pérdida de concentración, atención y en definitiva el vaguerío cerebral. Luego decimos que claro, que si no hay quien se lea es ladrillo que calza la mesa y que ya nos veremos la película (si es que la hay).
Otras formas de desconexión neuronal son las tecnologías de formación de opinión o deformación de mentes. Tal es el caso de los medios de comunicación, conservadores del inmovilismo neuronal y la negación del pensamiento crítico mediante un elaborado ejercicio de difusión de la información de forma que ésta sea inaprehensible: descontextualizada, ahistórica (sin precedentes), intencionadamente violenta y sensacionalista (para resaltar los verdaderos datos de interés) y por encima de todo, anticipándose a cualquier ejercicio de raciocinio por parte del interlocutor (espectador, lector, oyente, etc) presentando una respuesta tajante a los hechos como: “Váyase señor González” o “Esta es una guerra ilegal”. Es decir, que los hechos tienen un motivo pero ésto no es lo importante sino su resolución, la cual los medios presentan como única vía plausible. Esto sin contar con la tergiversación y apropiación contínua de las causas de los movimientos civiles. "12 meses, 12 causas".
¿Cómo se consigue esto? ¿No se supone que nosotros heredamos el racionalismo afrancesado? ¿La asamblea revolucionaria? No señora, aquí las cosas, la mayoría de las veces salen aprovechando los intervalos de inopia del enemigo: de casualidad. El ejercicio racional es un coñazo, un pestiño, y es más, está desincentivado por el prejuicio y el estereotipo (bastiones del fundamentalismo español). Estos dos mecanismos ideológicos son los principales causantes de la desideologización de la ciudadanía; del: “Yo me quedo jugando a la play, ya me contaréis si es interesante la película”, del: ”Te doy 10 pavos si me hace los deberes”, del maravilloso espíritu de la Transición del: “Nos vamos de de cañas con Alaska y Dinarama y jolín, qué irreverentes y pijos somos, tía”. (inspirado por Morgana)
Por este espíritu del: “Pasa de ellos y pásatelo bien" ,"Pensar es un rollo, ya me compraré algo de Brieva”, teníamos que soportar (hasta que -iluminado Sarkozy- pronunció la palabra mágica “capitalismo”) las caras largas y los “apuff” de la inopia. “Por dios, mujer, ¿que es eso de decir: economía de mercado, liberalismo económico, capitalismo ni qué perro muerto? Tú lo que eres es una progre trasnochá”. Pero llegó Sarkozy y G. W. Bush y dijeron: “Hay que refundar el capitalismo”. Y una mierda, digo yo.
Que te llamen gilipollas y le den a los bancos el dinero de tus impuestos es llamarte imbécil, pero decir que encima lo que van a hacer es cambiar los presupuestos del capitalismo de postguerra es decirte abiertamente: "Vamos a cambiar las cosas para que todo siga igual, tontolculo ,y mira, si antes te conformabas con 10, pues ahora te vamos a dar 5 por hacer lo mismo, que hay que apretarse el cinturón, y quién sabe sin habrá que hacer mayores esfuerzos mañana”.
Y es que en líneas básicas el capitalismo funciona así: mientras nosotros – los trasnochaos- pensábamos desde el XIX que la tecnología iba a liberar a las personas de la onerosa carga del trabajo, la enfermedad y el hambre, pudiendo dedicarnos a la verdadera naturaleza humana del pensamiento y el arte, entre otras maravillas, resulta que tenemos esta mierda: si antes trabjábamos una hectárea con 3 jornaleros, con el tractor se me ocurren tres vías básicas de aplicación de la tecnología:
1ª Hipótesis: El propietario de la tierra piensa: "Con este tractor puedo hacer con un trabajador por jornada lo que hacen 3 jornaleros sin maquinaria". A luego B: el tractor lo lleva un elegido y los otros 2 al paro. Razonamiento capitalista básico o lógica del beneficio privado: “Todo lo que pueda pa mi saco y los demás a joderse un rato”.
2ª Hipótesis: El propietario de la tierra no es propietario sino que se lleva la cooperativa entre 4 jornaleros, y entre ellos ven la edad de oro encarnada en la maquinaria: “El tractor va a hacer que nuestra jornada de 12 horas se divida por 4 y cada uno dedicaremos a la producción lo justo y necesario” en este caso 3 horas y todos tendremos comida y trabajo. Razonamiento básico del colectivismo libertario, (véase trotskismo y anarquismo).
3ª Hipótesis: El propietario piensa: “Con lo que he estafado a estos tres mentecatos durante años compro tres tractores, 5 hectáreas más y pongo a esta gente a rendir el tractor 2 hectáreas por persona y día, sin reducir su jornada, y me forro”. Consecuencia: muerte de los pequeños agricultores, jornaleros, aumento de la presión laboral, desempleo, despoblación del entorno rural, presión demográfica urbana, invasión del monocultivo, que se acompaña de pesticidas y abonos con nitratos muys agresivos dada la estacionalidad del cultivo, que repercuten en un peor producto y una peor alimentación; pérdida de biodiversidad por envenenamiento de la cadena alimentaria y por eliminación de vegetación y cultivo autóctonos, contaminación y abuso de un recurso básico como el agua. Es más, exportamos este modelo a otros continentes. Y esto es sólo un esbozo. Éste es el razonamiento del capitalismo suicida, ése que a los políticos les gusta tanto y no quieren cambiar.
Segunda parte ¿Por qué es una chorrada el capitalismo?
El Capitalismo, en sus formas más o menos desarrolladas siempre es una putada para el mundo. Primero por lo de ahí arriba, segundo: porque la lógica del beneficio no ha beneficiado a la humanidad nunca, ni siquiera durante el keynesianismo, esa etapa supuestamente idílica de la economía occidental a la que quieren llegar los reformistas del sistema. La cosa es que el capitalismo del buen rollo, compaginando algunos derechos sociales parciales con el enriquecimiento de unos cuantos, se consigue manteniendo a dos terceras partes de los humanos del mundo esclavizados y matándolos de hambre; dando por descontado, que la avaricia, por definición, no tiene límites, y los acaudalados siempre van a pensar que ellos todavía tienen muy poco y los pobres demasiado.
Tercera causa por la que el capitalismo es una gilipollez y un suicidio: el sistema de producción capitalista muere por sobreproducción. ¿Cómo se puede explicar que un excedente de alimentos, ropa, tecnología y vivienda pueda generar crisis si realmente no han sido repartidos? ¿Si hay 1,5 vacas y 2 pisos por cada españolito cómo puede explicarse que no tengan comida de calidad ni dónde guarecerse? Por la lógica de la economía de mercado, que defiende que las cosas que los humanos han fabricado como bienes de consumo se conviertan en bienes monetarios. Es más, que los bienes de consumo para humanos, se tiren a la basura, se den de comer a las vacas, o se tiren al mar porque si rebajamos demasiado su precio, o los regalamos, estamos acabando con la demanda del producto. De esa forma una medicina no es una vía para curar enfermedades sino una forma de lucrarse aprovechándose de los enfermos, etcétera, etcétera.
A mí, no sé a ustedes, todo esto me pone de mala uva. Y soy una persona que por suerte sólo escucha la radio y lee las noticias que le reseñan, que si no me haría más bilis de la saludable. Me jode que, a vísperas de una hostia mundial, en la que “la congelación de los depósitos” es inminente (véase Argentina, Finlandia, y próximas entregas) que nadie haga nada y todavía se tenga el cinismo de reirse de los movimientos sociales. Precisamente aquellos, que porque lo han permitido ellos, o sus padres, no han estudiado un ápice de historia, una pizca de teoría política ni un mínimo de conciencia de clase. Así nos pinta el pelo.Que es el colmo de los colmos que los sindicatos mayoritarios firmen las putadas que están firmando y sean anarquistas los que luchan por los servicios públicos del Estado. Por suerte todavía nos queda la segunda Hipótesis. Y cierro el grifo.

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