sábado, noviembre 18, 2006

€urouniversidad , Capítulo 1



"La transmisión o producción de la cultura es la función hegemónica más inmediata propia de los académicos; la enseñanza de las profesiones(...) organiza la hegemonía a través de la función representativa y estabilizadora de los profesionales; por último, la producción de ideas científicas se orienta dentro del dispositivo hegemónico hacia la producción de los instrumentos conceptuales del dominio."


¿Hacía falta escribir un libro para que supiéramos esto? La respuesta, obviamente es NO. Sin embargo es bien cierto que si alguien tiene algo claro del proceso de Bolonia, es que no sabe nada. Resulta vergonzoso leer en la tribuna complutense de esta semana que aún los directores y rectores de las facultades hablan en términos de "incognitas","cuestiones por despejar", "esperar al desarrollo de algunas propuestas" o sencillamente, de la intranquilidad que produce la idea de llevar adelante una reforma a COSTE CERO. (Si ni el estado ni la empresa privada ponen el dinero para tal fin, alguien tendrá que ponerlo, digo yo).

La cuestión es que nadie sabe qué opinar más allá del "están empezando la casa por el tejado" dado que los informes y fases del proceso supragubernamental se van aprobando en orden de menor a mayor relevancia y concreción. Con tan vagas informaciones uno no sabe dónde ni cómo posicionarse en este castillo de humo.

Este librito, redactado por tres estudiantes de las universidades de Madrid pretende abrir el debate desde un análisis histórico contemporáneo que incluye esta reforma en su marco clave: dentro del libre mercado; sí, ese del que nunca gusta hablar y suena tan progreguay.

Algo de lo que no todos quieren oir hablar, salvo dentro de determinados círculos económicos, es de la Estrategia de Lisboa 2000 (que pone como umbral el año 2010 para el pleno desarrollo de la comercialización de los servicios de cara a hacer de Europa una economía competitiva con Japón y EE.UU).
Esta propuesta de desmantelamiento del "Estado de bienestar" tiene un más bien alto grado de afinidad con el Informe Educación y formación 2010 de la Comisión Europea y, en nuestro país, con el Informe Universidad 2000 o también llamado Informe Bricall: informe encargado por la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas y financiado por el BSCH, Telefónica, Freixenet y Repsol-IPF. (Qué casualidad que el banco mencionado gestiona el portal universia, hace cuantiosos donativos a la Complutense y un departamento en economía lleva su nombre. Otro departamento de la UC3M lleva el nombre de Repsol, en Telefónica no quiero ni pensar, y la verdad es que lo de Freixenet me deja desconcertada)

Pero vamos ya a cuestiones con chicha: en las declaraciones de Berlín (2003) y Bergen(2005) (desde Bolonia 98 no se había dicho nada) se ha apuntado que la movilidad del estudiantado se financiará con las llamadas becas-crédito. Traducimos: el Erasmus pasa a llamarse Leonardo Da Vinci, pero Leonardo no te paga el semestre en París o Bremen en función de tus notas y/o renta, si no que te concede un préstamo que deberás pagar cuando termines tus estudios. Vamos, chavales, que os hipotecaréis incluso antes de proponeros tener piso. *Esta es una de las cuestiones de financiación que se esclarecerán en la próxima reunión de Londres 2007.
Recordemos: Coste Cero, no se fijan tasas privativas, simplemente, se deja en mano de uno el endeudarse más o menos.

Mañana más.

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